En la época del Apartheid donde la gente era separada por diferentes razas y se veían humillaciones horribles a los que no eran "iguales".
Nelson Mandela, un abogado, hijo de una buena familia pero rechazado por ser de raza negra se sentía indignado al ver las humillaciones que pasaba su gente y decidió ser la voz de su pueblo, pero fue condenado a la cárcel por revolucionario.
Estuvo más de dos décadas en la cárcel, donde aprendio a perdonar a los demás, a leer todos los días, a alimentar su fe en Dios para, posteriormente, convertirse en uno de los mejores presidentes de Sudafrica y un gran líder mundial.
Cada uno de nosotros tiene esa pasión y muchos sueños por cumplir, pero el afán diario, el negativismo social, la falta de recursos o apoyo, hace que perdamos esa pasión por lograr grandes cosas, pero cada momento difícil que vivimos no es para apagarla, al contrario, debe hacerla más fuerte y revolucionar nuestra vida para lograr cosas nuevas y ayudar a muchos.
Recuerda, Dios puso fuego en ti, pero de ti depende que tan alto llega la llama.
"Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder"...
Hechos 1:8
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