Una historia en la cruz - parte II


Así como ustedes yo también quiero saber en que concluyó la historia...

Era una sonrisa encantadora, me quede hipnotizado por su carisma y sus ojos claros, unos segundos después me di cuenta que me miraba asombrada como si esperará que me moviera (me puse colorado).
-Que te pasa?- Me preguntó, -Es la brisa- Le respondí. Después con tono de duda y un poco de altivez, le pregunte, -Oye, para que me trajiste a este lugar? Me siento extraño-.
Enserio me sentía extraño, pero era por que me embargaba una paz que no había tenido antes.

-Te voy a contar algo- me dijo con voz calmada.
En este lugar mi vida cambio. Hace unos años yo vivía en la calle, era una de las tantas personas que pedían algo para vivir pero que los demás olvidan por sobrevivir. Me quede huérfana a los 5 años por un accidente en donde mis padres fallecieron, estuve en un hogar de adopción, pero me escape por que estaba cansada del encierro monótono.

 Yo escuchaba con mucha atención.

Estuve trabajando de empleada pero los dueños me maltrataban y al final no me daban nada, al final, de tanto deambular y buscar lugar, no lo encontré y me perdí. Me quede en las calles, pensando que tal ves algo me podrían dar o que algún día moriera de frío; igual ya nada tenía sentido para mi.

-Y que paso? - Pregunté yo.

Volvió a sonreír y siguió su historia.

Hasta que un día, una señora me dio de comer, me invitó a su casa, me dio ropa, me ofreció un baño y una habitación para descansar. Pensé que eso era un sueño, después de tanto tiempo. La señora se llamaba Ana, vivía con su esposo, era muy alegre, sencilla, y muy amante a las plantas.
Hace unos años atrás su hija murió y decidieron tomarme como parte de su familia y así me sentí.
Un día miércoles me trajeron hasta aquí y me contaron de un tal Jesús; yo era apática a ese tema. Pero, me contaron que Él me amaba, que siempre había estado conmigo, sabía todo de mi, hasta los más íntimo y que tenía un propósito con mi vida. Ese día el amor verdadero vino a mi corazón, sincero, sin juicio, sin oido, era un amor transparente al ver la cruz.

En ese momento, estaba aterrado y mi corazón estaba emocionado, sentía una ternura y paz increíble, veía los árboles frescos, el sol radiante y la mirada de ella, sutil y elegante. 
Mire a la cruz y vi el amor, vi a Jesús, ese día Él hizo un lugar en mi corazón y sabes, nada volvió a ser igual...

"Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a mí, de ningún modo lo echaré fuera." Juan 6:37

El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 1 Juan 4:8

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